Hoy voy a tratar un poco el tema de la imprenta en el diseño, esa parte final y delicada que todo trabajo que ha de imprimirse implica y que hemos de poner en manos de un artesano (al fin y al cabo), quien decidirá finalmente si todas esas horas invertidas delante del ordenador darán como resultado una buena o mala imagen de nosotros mismos ante el cliente, con las repercusiones que ello conlleva.
Desde el porcentaje de encarecimiento del precio final de nuestro diseño, hasta la calidad del resultado materializado, así como el tiempo de ejecución de la impresión. Son aspectos que repercutirán directamente en nuestra credibilidad como profesionales.
Esta pequeña introducción más dirigida a la relación diseñador-"imprentero" (como diría uno de mis profesores) y sus tipicismos no tiene nada que ver con el título de este post. Inicia de un modo ameno y relacionado eso sí, la aventura que ha de vivir todo diseñador gráfico que se precie, a la hora de materializar muchos de sus trabajos.
Cuando llega este proceso de materialización (imprenta en este caso), hemos de elegir principalmente entre impresión digital y/o analógica (offset). No voy a pararme a analizar cuando se ha de elegir una u otra, pero sí a profundizar un poco en la impresión según su número de tintas.
En offset se suele trabajar con cuatricromía (CMYK), y en impresión digital hasta no hace mucho no se podían superar las cuatro tintas (salvo aplicación de tintas secundarias directas). En cuanto al mundo analógico, no todas las imprentas offset están preparadas para trabajar la hexacromía (normalmente CMYK + naranja y verde). Esta última opción (más cara) merece la pena cuando se pretenden reproducir colores que quedan fuera de los obtenidos mediante las tintas CMYK, o cuya obtención mediante la impresión a cuatro tintas resulta pobre o inexacta.
Normalmente como queda plasmado más arriba, la hexacromía se compone por los habituales Cyan, Magenta, Yellow y Black, más O (naranja) y G (verde), aunque esto puede variar según los resultados que se deseen conseguir, pudiendo variar esta fórmula por CMYKOV (V=violeta), o añadir una séptima tinta "heptacromía" (CMYKOVG), modalidad que obtendría hasta el más caprichoso de los colores a precio caprichoso igualmente.